"Ardalén" listo para imprimir

Unos días antes de "Viñetas desde o Atlántico" terminé Ardalén. Las sensaciones fueron contradictorias: por un lado, el alivio de finalizar un trabajo que se prolongó durante tres años; la satisfacción de completar una historia que hacía tiempo que quería contar (la primera versión del guión estaba escrita desde antes de empezar a trabajar en De profundis); la convicción de haber aprendido mucho sobre la memoria y haber depurado mi forma de contar. Por otro, una cierta sensación de vacío, tras el bajón de adrenalina; las dudas ante la posibilidad de no haber sido capaz de expresar ciertos matices de la historia; el pánico ante el año de promoción que me espera. Y durante "Viñetas", la pregunta que amigos, colegas y periodistas me repetían: ¿y ahora con qué te vas a poner? Aún no lo he decidido. Tengo tres proyectos que me apetecen dándome vueltas en la cabeza y comenzando ese proceso -un poco "frankensteiniano"- de piezas que se juntan. Lo que sí sé es que tengo ganas de divertirme. Necesito un cambio de tema, de tono y de estilo.