Pocas veces, muy muy pocas, asumo encargos de obra para usos publicitarios o similares. No porque "desprecie" tales usos, sino porque, en general, quien hace el encargo, aún sin decirlo, espera mucho más del resultado final que tu calidad y tu estilo como artista.
Un lector, amigo de un buen amigo, me pidió una imagen para utilizar como felicitación navideña por la empresa de autobuses que posee su familia. "No soy el indicado", le respondí. Insistió, argumentándome que no me sintiese condicionado, que lo que quería era una imagen "Prado". Estaba aún hablando con él cuando "lo vi". Y acepté. Me alegro de haberlo hecho. Él cumplió su palabra. Aguardó pacientemente sin tener ni idea de qué llegaría a sus manos. Y esto es lo que le envié.
Acrílico s/ papel tintado, 40x30 cm.